La Dirección General de Tráfico (DGT) está probando una nueva medida para reducir los atascos y mejorar la fluidez del tráfico en las carreteras españolas. La iniciativa, que ya se ha puesto en marcha en algunos tramos, consiste en implementar un sistema de gestión dinámica de carriles que permite adaptar su uso en función de las necesidades del tráfico en tiempo real.
El sistema utiliza tecnología avanzada, como sensores y cámaras, para monitorizar la densidad de vehículos y la velocidad a la que circulan. Con estos datos, se ajusta el número de carriles disponibles en cada sentido, ampliándolos en las direcciones con mayor congestión. De esta forma, se busca optimizar el espacio disponible y evitar los cuellos de botella que suelen generarse en horas punta o ante incidentes.
La DGT ha seleccionado varios tramos de alta ocupación, como algunas vías de acceso a grandes ciudades, para llevar a cabo estas pruebas. Si los resultados son positivos, la medida podría extenderse a otras zonas con problemas recurrentes de tráfico. Esta solución ya ha demostrado su eficacia en países como Alemania o Países Bajos, donde ha contribuido a reducir los tiempos de desplazamiento y mejorar la seguridad vial.
Además de la gestión dinámica de carriles, la DGT está estudiando otras medidas complementarias, como la sincronización inteligente de semáforos o la promoción del uso compartido del vehículo. El objetivo final es crear un sistema de movilidad más eficiente y sostenible, reduciendo tanto los atascos como las emisiones contaminantes asociadas al tráfico denso.